Son las seis de la mañana, suena el despertador, abro los ojos…
Ese momento, cuando despertamos, es de los más importantes del día.
Vamos a parar y a pensar ¿Cómo es mi despertar? ¿Contento, molesto…?
La actitud con la que comenzamos el día puede marcar nuestro nivel de bienestar y tenemos la capacidad de decidir donde ponemos el foco.
¿Veo lo que me va a aportar el día como algo negativo? ¿Siento, al contrario, agradecimiento por ser quien soy y por estar donde estoy? ¿Con que pensamientos empiezo mi jornada?
Cinco minutos… Parece poco tiempo, ¿no?
Te invitamos a que te hagas un regalo, pequeñito, de solo cinco minutos.
Cuando te levantes, al empezar tu día, busca un sitio tranquilo, cierra los ojos si quieres, y no hagas nada… Siente tu respiración, escucha a tu cuerpo, hazte consciente de lo que sientes…
En estos cinco minutos calmas la mente y estas centrada en aquello que pasa en el momento.
Después ya buscaras un tiempo para pensar en aquello que ya ha pasado o en aquello que puede pasar en el futuro.
Y desde esta posición de calma decides cual va a ser tu actitud durante el día. ¿Decido que voy a ser amable con la gente? ¿Qué no voy a ser reactivo en mis respuestas?
El haber decidido que actitud vas a adoptar te puede servir de guía durante todo tu día.
Decíamos que tenemos la capacidad de elegir donde ponemos el foco y podemos decidir fijarnos en aquello de bueno que tiene la vida, en aquello de bueno que tenemos nosotros y en aquello de bueno que tienen aquellos que nos rodean.
Lo negativo no va a desaparecer, pero nuestra capacidad para gestionarlo a nuestro favor habrá aumentado.
Os deseamos un feliz día.
Patricia y Carles
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